miércoles, 16 de noviembre de 2011

Charlas imposibles con mi medio limón - Llamada misteriosa

Estoy hasta el cuello de trabajo, tengo que escribir un post-mortem (un informe de una avería en un sistema que se ha complicado) y estoy revisando mil logs para averiguar que pudo pasar para que se perdiesen todos los datos de un File System, medio loca ya, me suena el móvil y sin mirar descuelgo. Oigo una voz de ultra-tumba que dice muy bajito "bisibisibisi echar bisibisi ahora mismo", "¡koño! una llamada guarra" pienso, nunca me han hecho una llamada así y la una de la tarde, creo yo, no son horas, pero quien soy yo para desanimar a un pervertido. Muy seria con voz neutra le digo: "¿que me vas a echar qué cuando?", mientras miro de reojo de qué número me están llamando. Ya más claro me contesta "¡koño! que no puedo hablar más alto", vale, es mi medio limón, que acaban de despedir a Fulanito y Menganito, uno de ellos hoy pasaba por la oficina a comer con los compis, que ahora curraba en casa y se ha encontrado el numerito. Vamos, que lo mismo es que te hagan una llamada guarra, a que te llamen para contarte la guarrada que les han hecho a unos compis. En fin, por lo menos eran empleados (y no putos esclavos subcontratados) con pleno derecho y les despedirán con sus 45 días, que a estas alturas a las que estamos, yo me daba con un canto en los dientes. Y son gente buena, en breve encontrarán un trabajo mejor, seguro. ¡Suerte chicos!

martes, 8 de noviembre de 2011

Echo de menos

Echo de menos la época en la que trabajaba en la oficina, que me sentía parte de algo, pese a estar subcontratada, el ambiente que había, el "espíritu S." se llamaba el buen rollito corporativo. Cuando desayunaba con mis amiguitas del café, las de calidad, la de márketing, la de operaciones, la de contratos, ... porque en mi departamento solo había hombres. Echo de menos también el café con mis chicos, aunque acabase hasta el moño de tanto fútbol y tanto marujeo, que luego dicen de las mujeres. Las cenas de navidad, las reuniones de departamento donde nos mentían decían que todo era guay, nos daban de cenar y nos ponían un humorista.

Claro que, no echo de menos el paseito en metro y autobús hasta que llegaba a la oficina, hora y pico de ida y otro tanto de vuelta, ni las jornadas de 10-12 horas de curro, que salia agotada y encima no me agradecieron jamás, las reuniones absurdas donde el contenido útil era cero, los cambios de nombre de los departamentos, los acrónimos absurdos, las palabrejas raras para definir cosas que ya tenían nombre, pero que quedaban mu' fashion....

Estoy laboral-nostálgica, hace 12 años que entre de becaria en S. (luego subcontratada, me mandaron a cliente, murió S. y ahora currando para la empresa que la absorbió) y me parece que hace tantooooo. Este día de la marmota que vivo en T. sin saber si seguimos, si nos vamos al paro, si dejamos de ser subcontratados, ... no es sano.