Ayer salíamos de un centro comercial y mirando el suelo Alexei dice con cara de circunstancia: "que gente más guara, toro el suelo lleno de colas", "¿de colas?" dije yo extrañada y me responde "si, mamá, de colas de esas de fumá", "será lleno de colillas", le respondí yo, "eso es cuando son pequeñas, había una ahí que era un cola". La lógica aplastante de los niños, por más que intenté explicarle que se llamaban colillas y no colas, no hubo forma, el tenía su razonamiento clarísimo y no se apeaba del burro. La verdad que el niño tiene razón en lo de que la gente es muy guarra, ahora con la excusa de que hay que salir a fumar fuera, las entradas de cualquier sitio son basureros de colillas y demás. Los locales no se hacen responsables al estar fuera de estos y los barrenderos brillan por su ausencia.
Que por cierto, el otro día me enteré de lo que gana el barrendero del cole de Alex y casi me da un patatús. ¡Jó! y pensar que siempre te dicen que te cases con un médico, ingeniero, etc. y resulta que el partidazo es el barrendero (estoy bromeando, con todos mis respetos). Esto es de locos.